jueves, 5 de marzo de 2020
24/2/16
Sentirse encerrado y/o enfermo son de las peores sensaciones en la vida y cuando estas se combinan todo puede llegar a parecer como un camino sin salida. Por un lado se encuentra un niño con cáncer encerrado en un instituto recibiendo quimioterapia, donde imagina y desea estar bien físicamente así como las personas que tan solo puede ver pasar a través de una ventana, por la calle. En otra situación esta esa persona que tiene su hogar, su familia, alimentos y la posibilidad de ir de su casa a su trabajo y de vez en cuando escaparse donde puede, pero que la mayoría del tiempo no está consciente de eso que tiene en frente, por estar encerrado en su depresión. Algunos dirían que los padecimientos físicos anteceden a los 'mentales', pero la verdad es que no se pueden comparar. La depresión puede llegar a ser como un cáncer mental, cual enfermedad terminal, lo único que lo hace pensar a uno a diario es en la muerte. Tanto estar encerrado físicamente en algún lugar para recibir algún tipo de tratamiento a una enfermedad o estar encerrado mentalmente dentro de uno mismo, con todo un mundo al frente, pero sin tener la capacidad de verlo y aprovecharlo, son situaciones desesperantes. Así mismo cuando la vida parecer estar más llena de baches que de cosas buenas, se debe aprender a atesorar los pocos momentos en los que todo simplemente esta bien y en calma.
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